AZZEDINE ALAÏA

Viva la familia

La casa del famoso diseñador Azzedine Alaïa está situada en el barrio parisino Marais. Hoy en día se ha convertido en un lugar conmemorativo; tanto público como privado. Mademoiselle Lili hace una reverencia ante él.

La noticia del pasado noviembre, cuando se informó sobre el fallecimiento de Alaïa, hizo que por un momento se parara el mundo. Nadie se lo podía creer. El mundo de la moda estaba en shock. Con él se fue uno de los últimos Couturiers de la antigua escuela; de los que empezaron con hilo y aguja en mano y llegaron a lo más alto que puede aspirar un modista. Él mismo nunca dejó de considerarse “modista” y no se calificaba como “diseñador”. No seguía las normas del sector de la moda; no aspiraba a crear cada vez más colecciones para beneficiarse económicamente. Presentaba dos veces al año sus colecciones, pero siempre fuera de las conocidas Fashion Weeks, sólo cuando él consideraba haber acabado y finalizado su colección. 


Desde 1991 vivía y trabajaba en su “palacete” en el centro de Marais. Ahí se encontraba su atelier, su vivienda habitual y sus oficinas; pero sobre todo su famosa cocina-comedor, en la cual tuve el honor de poder haber tomado asiento. El lema de Alaïa era, que quien quisiera hablar con él o trabajar en su equipo, debía comer primero con él (¡y su familia!). Alaïa considera como su familia a su pareja, el pintor alemán Christoph von Weyhe, a su amiga y empresaria Carla Sozzani, a sus empleados y colaboradores, como por ejemplo Naomi Campbell; quien por cierto le llamaba “papá” porque empezó a trabajar con él a los 16 años. El diseñador de orígenes tunecinos creció sin padre pero rodeado de mujeres fuertes. Con los años creó su propia familia, llamémosla numerosa, la que quería tener siempre a su alrededor. Por ello, esa mesa infinitamente larga con sillas blancas y una sola silla negra: la suya.  

Hoy en día, la sala donde presentaba sus diseños y creaciones se ha convertido en una sala de exposición pública. Ahí no sólo se puede disfrutar de sus creaciones, también del sentido que él le daba al concepto “familia”. Es el lugar, donde se juntan los amigos que él denominó en algún momento de su vida “familia”. Incluso tras su muerte, viajan desde cualquier parte del mundo para juntarse en momentos especiales. Alaïa les sigue manteniendo de cierto modo unidos. “El tópico que en el mundo de la moda todo es superficial, no es realidad. O al menos no para nosotros.” Explica von Weyhe. 


La exposición actual “L’alchimie secrète d’une collection” muestra la influencia de Alaïas; propia y atemporal. Ya durante los trabajos de renovación del trono del obispo de Beauvais, se despertó el interés arqueológico que él tenía y comenzó a recordar a la duquesa-marquesa de Pompadour y marquesa de Menars, Jeanne-Antoinette Poisson. A Alaïas le fascinaba desde su infancia la vida e historia de dicha dama y por ello, se inspiró para su colección primavera/verano 1992 en las siluetas del siglo XVIII: cinturas estrechas, faldas largas y grandes escotes. Pero él lo interpretó en el aquí y ahora, dejó de lado las puntillas y empleó cuero para su creación de corsés, cinturones o sujetadores. Esa colección es una de las más emblemáticas de sus creaciones. Y la casa de Alaïa se considera como un lugar donde reside la familia de la moda más fiel de todos los tiempos. 


“L’alchimie secrète d’une collection” en 18 rue de la Verrerie, 75004 Paris. Todos los días de 11.00 h – 19.00 h hasta el 06 de enero del 2019.