© Adrien Dirand
Andy Warhol predijo en 1975: “Todos los centros comerciales se convertirán en museos y todos los museos en centros comerciales.” No es que se haya convertido en realidad, pero sí recuerdo, cuando hace poco tiempo se discutía y se cuestionaba, si la moda era o no arte y si debía formar parte de un museo o ser depositada únicamente en un lugar donde se recogía ropa usada. La realidad ha tomado la decisión: más de 4.000 visitantes esperan diariamente poder entrar en un lateral del Louvre, al Musée des Arts décoratifs en París, para contemplar la gran exposición de Christian Dior – Creador de Sueños. Cerca del Trocadero también se forman colas inmensas e interminables para visitar el museo de Yves Saint Laurent. Bastante más pequeño, mucho más íntimo y, sobre todo, financiado de forma privada por la fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent. Aquí no se puede comprar nada; o al menos ningún vestido, pero sí sueños. Es un lugar donde entender cómo se convierte la nostalgia en textiles y las prendas en testigos de una época.