Christian en el País de las Maravillas

El centro neurálgico de Dior en París es, a la vez, un museo y un templo de la moda: la “Galerie Dior” rinde homenaje a los 75 años de historia de esta marca como si de un cuento de hadas se tratara. Mademoiselle Lili está maravillada.


La recién renovada Maison Dior, situada en el histórico número 30 de la Avenue Montaigne, está considerada el Olimpo de las compras. Describirlo como la “Boutique insignia” de la marca resultaría demasiado banal, ya que se trata de un universo en sí mismo. Y es que en Dior, ahora también es posible comer, dormir, soñar, comprar y embellecer. Y obviamente, aprender.

A pocos pasos, Dior ha creado su propio museo de la moda, el mayor museo de esta temática del mundo, con una superficie de 2.000 metros cuadrados. Inspirado por el inmenso éxito de la exposición “Christian Dior, diseñador de sueños”, que batió todos los récords de visitantes en París, Londres, Shanghái y, más recientemente, en Brooklyn, el director general de Dior, Pietro Beccari, quería crear una galería en la que fuera posible disfrutar de forma permanente de la historia de esta firma de moda. ¿Y quién mejor para hacerlo realidad que Nathalie Crinière, que ya fue responsable de la tan exitosa exposición itinerante?


Ya desde un inicio es espectacular: tan solo al entrar en el edificio es posible contemplar a ambos lados vitrinas de cristal con miles de reconocidos objetos de Dior y miniaturas de piezas imprimidas en 3D en todos los colores del arco iris: desde vestidos y frascos de perfume hasta bolsos, zapatos y accesorios. Es como sumergirse en el interior de un gigantesco caleidoscopio y descubrir un mundo nuevo de lo más instragammable en cada uno de los cuatro pisos que se esconden detrás de cada giro de la gran escalera de caracol.


En el piso superior nos encontramos frente a dos objetos ejemplares de Dior: su primer “New Look” de 1947, la Bar Jacket ajustada que se llevaba sobre una falda acampanada hasta la pantorrilla con enaguas, y justo al lado, la réplica de una estrella de metal oxidado que Christian Dior encontró en la calle en 1946 y que interpretó como una señal del destino para fundar su marca de moda. Después de todo, sus supersticiones eran al menos tan legendarias como su moda.

Cada una de las 13 salas de exposición narra un aspecto diferente de su moda y sumerge al visitante en una atmósfera inmersiva gracias a las últimas técnicas de vídeo y animación: escuchando el canto de los pájaros y el sonido de las olas, los visitantes recorren un oscuro y esplendoroso jardín propio de un cuento de hadas en el que se exponen los más famosos vestidos de alta costura con los motivos florales que siempre fascinaron a Dior: desde el propio Dior, pasando por sus seis sucesores, hasta la actual diseñadora Maria Grazia Chiuri.


En la sala totalmente blanca dedicada al trabajo en el taller, es posible ver las sombras de pies virtuales que se desplazan de un lado a otro dando pequeños y apresurados pasos. De hecho, el verdadero estudio de alta costura se encuentra justo encima. Y en el gran salón de baile, dedicado a los vestidos de fiesta, incluso es posible contemplar cómo sale y se pone el sol y se proyectan constelaciones en el cielo. La historia de la moda se convierte aquí en una danza de los sentidos. La Galería Dior, además, también recompensa a todas las personas que no consiguen hacerse con una de las tan codiciadas invitaciones a los desfiles de esta Fashion Week: aquí podrán vivir la moda de cerca, y siempre en primera fila.


www.galeriedior.com