JARDIN ALBERT KAHN

¡Bella Flor de Cerezo!

¿Dónde ir, cuando en París despierta la primavera? Mademoiselle Lili tiene como siempre sus lugares secretos: el jardín Albert Kahn, situado a la entrada de París. No se trata de un lugar para amantes de las plantas o, por qué no decirlo, de pensionistas aburridos que hacen sus paseos matinales en parques poco transcurridos. No, estos jardines hechizan a todo aquel que los visita.

 
Recibir la visita de nuestros padres, a veces nos hace cambiar de planes y pensar dónde poder llevarlos. En realidad, esto es una ventaja, ya que visitaremos lugares, que sin ellos quizás ni nos plantearíamos ir. Les Jardins Albert Kahn se encuentran a las afueras de la ciudad, lo que los franceses denominan “Banlieue”, refiriéndose con ello a barrios marginales, tipo Ghetto. En la periferia de París se pueden encontrar tanto zonas residenciales como barrios (o vulgarmente “barriadas”) de edificios de 20 plantas. Digamos, que no se suele ir, si no es por alguna razón concreta. Pero en este caso, se trata de un prejuicio totalmente injustificado, ya que nuestro destino se encuentra en Boulogne-Billancourt, es decir en una “Banlieue” más bien pija.

Se puede llegar en transporte público. La línea 10 del metro parisino nos deja a unos pasos de ese otro mundo. Ahí se reencuentran, entre otros muchos, Japón, Francia, Inglaterra, la cordillera de los Vosgos, la cordillera del Atlas y Estados Unidos. Los jardines que se extienden sobre unas cuatro hectáreas reflejan la vegetación y la tipología de todos estos lugares. Se oye correr el agua, el zumbido de los insectos y el canto de los pájaros. Se siente paz. Los aromas transportan a un lugar diferente; a un oasis de emociones. Y a finales de abril se puede vivir una experiencia absolutamente única. Comienza la floración de los cerezos. Yo lo descubrí por casualidad y sentí encontrarme en una Pagoda japonesa con Geishas paseando por los jardines.

Los jardines fueron creados por un banquero y filántropo judío, Albert Kahn, a finales del siglo 19. Los jardines además albergan un museo, en el cual se encuentran cuadros y fotografías en color de sus viajes por el mundo. Es ahí donde descubrimos que Kahn usaba los jardines para reencontrarse con las cabezas más ilustres de la época; entre ellos vemos a Albert Einstein y Auguste Rodin. Albert Kahn fue uno de los hombres más ricos de Europa, pero murió (1940) tras la crisis económica de la Gran Depresión completamente arruinado. Eso sí, dejó un gran legado que hoy en día impresiona por su bella floración. En estos momentos el museo está cerrado al público por reformas, pero el jardín puede ser visitado previa reserva. Se prevé que el museo vuelva a abrir sus puertas este mismo año. Mientras tanto, intentaré alejarme del snobismo parisino y conocer mejor la periferia de esta gran ciudad. Porque créanme, en las llamadas “Banlieue” hay muchas curiosidades por descubrir. Continuará…

 

Información y reserva: albert-kahn.hauts-de-seine.fr