El distrito 15 todavía no se ha convertido en un punto de atracción para los turistas que visitan París. Solo los amantes de la arquitectura brutalista de los años 60 y 70 se desplazan al extremo suroeste de la ciudad para conocer la Torre Montparnasse o los rascacielos del Quartier Grenelle, antagonistas del romanticismo que desprende el resto de la ciudad.
Sin embargo, ahora, el distrito más grande de París cuenta con un nuevo punto de interés: Nature Urbaine, el mayor huerto urbano de Europa, que se encuentra en la azotea del recinto ferial de Porte de Versailles. En una superficie de 15 000 metros cuadrados, equivalente a unos dos campos de fútbol, se prevé cosechar en el futuro hasta tres toneladas de frutas y verduras. Actualmente esta cifra ya asciende a 200 kg/día. Frutas y verduras que se entregarán a los residentes de la ciudad, a los supermercados vecinos, a los hoteles adyacentes, a comedores, y a restaurantes como Le Perchoir, el cual comparte una terraza con Nature Urbaine.
En él no solo es posible degustar un postre de fresas con shiso, una planta aromática, también es posible verlos crecer desde la mesa en la que comemos, al igual que los tomates, berenjenas, lechugas, melones o pepinos. Aquí, la mayoría de las plantas no crecen horizontalmente, sino en pilares futuristas que se elevan hacia el cielo como columnas vertebrales de gran tamaño. Estas columnas vegetales desarrolladas en Francia se basan en la tecnología aeropónica, una técnica en la que las raíces están suspendidas en el aire y se rocían constantemente con una solución nutritiva. “De este modo no es necesario utilizar pesticidas y tan solo se consume un 10 % del agua necesaria con otros métodos de cultivo”, explica Sophie Hardy, directora de Nature Urbaine.
Este concepto prometedor que está arraigando en todo el mundo se conoce como Agricultura vertical y son muchos los estudios que indican que ofrece todos los elementos necesarios para sustituir la actual tendencia ecológica de la industria alimentaria. Aquí, en París, no solo es posible verlo de cerca y conocerlo mucho mejor asistiendo a una de las visitas guiadas que se organizan, también tiene la posibilidad de convertirse en jardinero, ya que se alquilan 156 parcelas a particulares durante un año. Estos “Huertos 2.0.” gozan de una gran popularidad desde que Nature Urbaine abrió sus puertas.
La pandemia, que interrumpió las cadenas de suministro y dejó las estanterías de los supermercados medio vacías, por un lado, y el debate sobre el cambio climático, por el otro, han hecho posible que ideas que hace 10 años parecían un chiste sean ahora realidad. “Nuestra idea de crear una explotación agrícola en la ciudad, que ofrezca alimentos frescos y saludables con cadenas de suministro cortas, que contribuya a la neutralidad climática y a una mayor biodiversidad, de repente parece una opción totalmente sensata“, comenta Sophie Hardy. Para mí, Nature Urbaine y el restaurante Le Perchoir son, sin duda, la recomendación especial para este verano. En casi ningún otro lugar es posible disfrutar de unas vistas magníficas, tranquilidad, sol y vegetación.