A pocos metros del Louvre y de una de las calles más elegantes del mundo, Rue Saint-Honoré, se encuentra el oasis Palais Royal. Este lugar no descansa ni en agosto. Sus jardines transmiten tranquilidad y el canto de los pájaros hace olvidar por un momento que nos encontramos en una gran metrópoli como París. En los pasadizos se encuentran cafés, bares y restaurantes donde el tomar algo se convierte en un momento de placer. Incluso el estar sentado simplemente en un banco invita a disfrutar del momento o a leer un libro rodeado de flores y plantas. Los niños se recrean y divierten con las obras de arte de Daniel Buren. Las columnas de mármol en blanco y negro parecen salir de la tierra. En 1986. esta obra de arte provocó un intenso debate artístico.
Pero la historia que realmente me fascinó fue la siguiente: París se denominaba también “la ciudad de las luces” y eso comenzó justo aquí. El primer farol de gas se encendió aquí, lo que llevó a ser a este lugar el centro de la noche parisina. Mucho antes de que las aspas comenzaran a girar en el Moulin Rouge, aquí ya regentaban mujeres de todas las clases sociales. Dicen, que incluso las más aristócratas se prostituían aquí simplemente por afán de vivir una aventura. En toda Europa se hablaba de la calle “Allée des Soupirs”, el callejón de los suspiros. Una calle con fama picantona, para todo aquel que deseara vivir una aventura desinhibida. El palacio fue construido en 1624 por el Cardenal Richelieu, llamado en un principio Palais Cardinal. Más adelante comenzaron a residir allí miembros de la Familia Real. Philippe d’Orléans, el hermano del Rey Sol, era un vividor en toda regla y el que se ocupó de que este lugar se convirtiera en un espacio lúdico y divertido (sexualmente hablando) y además lugar de encuentro para los homosexuales.
Hoy en día, ya nada de eso se refleja cuando se pasea por el Palais Royal. Ahora se ha convertido en un lugar de la alta burguesía y arquitectura ostentosa. Sólo lo más ricos se pueden permitir compartir vecindario en este lugar; donde se encuentra el Consejo del Estado, Comédie Française y el Ministerio de Cultura. Aquí vivían la escritora Colette y el artista Jean Cocteau. Con algo de suerte, siempre te encontrarás a algún famoso paseando por aquí, ya que en este lugar se encuentran las boutiques-galerías más conocidas de la ciudad, como por ejemplo Didier Ludot (24 Galerie Montpensier). En París no es necesario presentarle, él es archiconocido entre los “Fashionistas” de todo el mundo, como por ejemplo, Julia Roberts, Reese Witherspoon y sí, incluso Kim Kardashian. Para todos ellos es un visita obligatoria cuando viajan a París – sea para comprar o simplemente soñar. Justo al lado se encuentra la boutique del perfumista Serge Lutens (142 Galerie de Valois), creador de perfumes unisex en los años 90.
En una de las entradas al Palais Royal, también se encuentra uno de los primeros Couture-Atelier de Jean Paul Gaultier. Aquí es donde el diseñador comenzó su andadura. Como se puede ver, el Palais Royal nos ofrece estar rodeado de la mejor compañía posible.