LA RENTRÉE

La quinta estación del año

© Paris Tourist Office David Lefranc

Olvidémonos de semana santa, navidades o año nuevo. Es otra fecha la que marca el ritmo en París: “La Rentrée” – la vuelta al cole después de las vacaciones de verano. Mademoiselle Lili nos cuenta el antes y el después.

Cuando llegué a París hace 6 años, en julio, no sabía que me esperaba el mes más raro y solitario del año – AGOSTO. Parece que toda la población se ha cogido vacaciones colectivas; como huyendo a la costa, a la montaña, a los pueblos. Sea donde sea, la cosa es salir de París y buscar refugio fuera de la ciudad. Los comercios pequeños cierran todo el mes. Para tomarse un café o un croissant hay que andar 10 minutos, en vez de ir, como de costumbre, a la siguiente cafetería de la esquina. Cuando llegué a París, llamé a todos mis amigos anunciando mi llegada. Me llevé una gran desilusión, todos me consolaban diciendo que nos veríamos a la “Rentrée”. ¿Qué se puede hacer en París mientras se espera esa gran vuelta? Simplemente nada. Si llamas a algún sitio, te contesta un contestador automático o con mucha suerte un estudiante en prácticas. París se vuelve tan tranquilo en agosto, que hasta se podrían hacer retiros espirituales en ella; sí, en una de las ciudades más estresantes. He de reconocer, que me he acostumbrado a ello y casi podría decir que incluso me encanta esta quinta estación del año. Todo funciona en Slow Motion, hay asientos en el metro, no hay que esperar colas en los museos y si tienes suerte de que algún amigo también se haya quedado en la ciudad, le podrás ver 3 veces a la semana en vez de como el resto del año, 2 al mes.  


Pero cuando llega finales de agosto, comienza a notarse el movimiento. El metro se vuelve a llenar de gente, en todas las grandes superficies se ven posters anunciando la “Rentrée”, los buzones rebosan con publicidad de promociones para gimnasios, salones de manicura, pedicura o peluquería, ofertas de lavadoras, televisiones o muebles, etc. En París no es el 

año nuevo lo que marca un nuevo comienzo, es la vuelta de las vacaciones. Quien no decida ahora comenzar un nuevo propósito, no lo hará en el resto del año. Quien no se atreva ahora a realizarse un cambio de Look, no se lanzará en ningún otro momento. Quien no alquile ahora su piso nuevo, no encontrará ninguno durante todo lo que le queda de año. La “Rentrée” es el gran momento del año, todo se paraliza y todo comienza justo en ese preciso instante. Parece que todo el mundo despierta tras una larga sedación. Es ahí donde observo las diferencias culturales. En otras ciudades se observa la compra compulsiva en diciembre y los buenos propósitos en enero, pero en París todo esto se concentra y comienza el 01 de septiembre.  


Es necesario recuperar el estrés en cuestión de días y llenas las agendas con fechas y citas. Comienzan las fiestas de reencuentro, múltiples eventos sociales, reuniones laborables, nuevas aperturas, etc. Y como decía un amigo mío francés, que por cierto ahora vive en Alemania: en Francia parece que se trabajan sólo 8 meses; desde la “Rentrée” hasta principios de diciembre, que es cuando comienza el barullo de Navidad, y luego de febrero, que es cuando ha acabado todo, hasta junio. Sí junio, porque a partir de ahí ya se comienza a pensar en la “Rentrée”, ya no se pueden comenzar grandes proyectos. Bueno, y otra pausa muy larga en mayo, que con todos los festivos de ese mes casi se podrían cerrar las oficinas. Curioso, pero hasta yo ya me he dejado llevar por ese pensamiento parisino y me he apuntado en un gimnasio.