Desde las mesas, pasando por el suelo animado con vídeos, hasta los corales del techo, todo aquí te sumerge por completo en un mágico mundo submarino. En las grandes pantallas es posible escuchar el burbujeo del agua y el canto de las ballenas que pasan nadando por tu lado, ver los coloridos arrecifes de coral donde revolotean los bancos de peces, los tiburones hacen su ronda, y las medusas bailan su particular ballet flotante. Una experiencia visual que no tiene nada que envidiar a la gastronómica.
Las especialidades de marisco y pescado servidas por el chef Loris de Vaucelles no solo son dignas de ver, sino también de degustar y, además, a un precio accesible. El ceviche de dorada, el tataki de trucha y el postre de manzana al miso hacen la boca agua. Un pequeño detalle: no elija solo un plato. Las raciones están pensadas para que dos personas puedan elegir tres platos para compartir, dejando espacio para uno de los exquisitos postres.
Detrás del original concepto de Ephemera se encuentran tres jóvenes graduados en el célebre Institut Paul Bocuse de Lyon: Annaïg Ferrand, Loris De Vaucelles y Jade Frommer, todos ellos de veinticinco años. Lo que empezó como un proyecto de sus estudios (tenían que planificar un restaurante Pop-Up temporal), les inspiró tanto que el año pasado consiguieron un auténtico Gastro-Coup en Lyon con “Athéra”: tan pronto como el sitio web del restaurante se puso en línea en un universo virtual de avatares, recibieron 1300 reservas en tan solo cinco horas. Así que este verano en París... Nemo, ¡a la vista!