© Paris Tourist Office Amélie Dupont
A menos de 8 minutos a pie de Gare de Lyon se encuentra un pequeño trozo de París, donde se puede tener la rara sensación de estar única y exclusivamente entre parisinos. A los creativos de la moda y de los medios les llama desde hace unos años mucho la atención este lugar entre la Bastille y el parque Bois de Vincennes. Ahí también se encuentra la paragüería Parasolerie Michel Heurtault (www.parasolerieheurtault.com). El fiel defensor del medioambiente ama el distrito XII; un lugar a penas conocido por los turistas. Consiguió unos de los 50 atelier que se encuentran en el gran “Viaduc des Arts”. Heurtault es un autodidacta. Durante muchos años de su vida fue el sastre de los grandes teatros, óperas y la Haute Couture y ahora vive de su sueño de infancia: crea sus propios paraguas y parasoles y restaura los más históricos de museos o películas míticas con Sofia Coppola o Woody Allen, por ejemplo. Su misión actual: hacer revivir el accesorio más práctico y elegante de sus tiempos. Oírle hablar de ellos, es oír una carta de amor. “Mire…” y saca uno de sus más de 3.000 piezas históricas “… esta es una pieza muy bonita con volantitos y un mango de marfil preciosamente adornado. Dentro de él se esconde una espada. En el siglo 19 lo usaban las parisinas para defenderse frente a los espíritus o animales salvajes.”
El antiguo trazado ferroviario de 4,5 km que unía la Bastille con Vincennes, alberga hoy en día el arte francés y las boutiques más originales. Ahí todo lo que se puede adquirir es confección en estado puro. Como por ejemplo en el atelier de Malhia Kent (www.malhia.fr) donde solo entra la Haute Couture a comprar telas y materiales para dejarse inspirar – entre ellos Armani, Dior y Valentino. Es el lugar donde poder encontrar las telas y prendas más sofisticadas. Más de 20 diseñadores crean aquí el ADN de lo que será moda y tendencia 2 sesiones más tarde sobre las pasarelas más importantes del mundo. No solo los grandes diseñadores pueden adquirir aquí sus ejemplares más exclusivos, también el consumidor final; a partir de 30 EUR el metro. Unos metros más allá, se encuentra el atelier del diseñador israelí Tzuri Gueta (www.tzurigueta.com) con sus creaciones hechas con materiales de silicona. Diseños futuristas y orgánicos a la vez, con formas amorfas – pura magia y siempre políticamente correcto.
Le Viaduc des Arts no es solo un paraíso de las compras, también es muy agradable para ir simplemente de paseo. En la parte superior, donde aún están las vías del tren, se encuentra la “Promenade plantée”, un paseo urbano y verde a más de 15 metros de altura, con veredas, bambú y rosales. Ahí se cruzan los enamorados paseando de la mano, los amantes del deporte y las familias disfrutando de las actividades al aire libre. Las ventanas más altas de los edificios pierden aquí su intimidad, ya que se encuentran a la altura de los viandantes de la Avenue Daumesnil. Casi se podría decir, que es el lugar donde poder flotar sobre París.